lunes, 30 de diciembre de 2013

Martin B.


Había estado casado
tres veces,
divorciado otras tantas,
y aún así
no sintió nada
hasta el día
en que habría
de perder sus dientes,
en un baño inmundo
de alguna estación de servicio,
en los alrededores
de ruta dos,
un poco antes
del amanecer.



        Escribí este poema algunas madrugadas atrás, inspirándome en las primeras líneas del cuento de Bukowski "El malvado" (The fiend), sin saber de qué se trataba. Cuando terminé de escribir, me puse a leer el cuento para ver si tenían alguna relación. Me encontré con uno de los relatos más turbios que leí en la vida, y aún así, me sorprendió para bien que, al fin de cuentas, lo que yo había escrito es lo que de alguna manera le pasó al protagonista, salvando el contexto.


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