I.
Toda la mañana despertando
para a la noche arder
y regar de cenizas el cielo.
Toda tu boca imaginada
como el polem que viaja
limpio sobre mi piel.
II.
La blanca espuma es amanecer
desde tus ojos hasta el atardecer.
La hierba descansa sobre la tierra.
Estás tan cerca que ni respiro.
III.
De a poco los pasos perdidos
tuercen el camino de sus huellas
para el momento en que te vea llegar
fuerte y tranquilo.
IV.
Toda la mañana despertando
para a la noche arder.
Estás tan cerca que ni respiro.
