lunes, 3 de diciembre de 2012

Dramas de la verdulera -


Tantos planes que yo tengo…

Todos esos planes
que me ahogan,
chillan con la voz vencida.

¡Piedra libre, piedra libre!

Lobo no estás
Lobo ¿estás ahí?

¡Yo!
 ¡Yo tengo una idea!
Pero ahí nomas me vendan los ojos
para jugar al gallito ciego.
Y aunque esté así,
con la frase en la garganta,
los veo reírse.

¡Qué tropiece, qué tropiece,
qué se le vuelva la lengua para adentro!

97, 98, 99.
Cien.
¿Dónde están?
Cien veces dónde están.

Esas letras
¡Ay, qué gigante se hicieron!
Cuánto miedo me hacen tenerles.
Y esas sombras que siembran
alrededor de mi cuello,
me aprietan su abecedario,
me lo ciñen a la cintura.

¡Qué te digo que no quiero escaparme!
Llevo la estupidez entusiasta
a flor de piel.
Y con cuánto lustre,
me confieso cobarde
para cosechar líneas en un campo de hojas en blanco.

¡Qué empiece a escribir de una vez
y qué tropiece con la piedra!

Más le vale a ésta obstaculizarle el cielo
porque si lo quiere celeste
que le cueste.

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