lunes, 18 de abril de 2016
de corazón a corazón
El primer renglón
de una sinfonía certera
cuenta tiempos,
tiempos que se hacen recuerdos.
Las ventanas insisten
en un cielo gris
mientras los aviones
siguen pasando
en un loop rutinario.
Cuántas veces,
cuentan canciones.
Cuántas tardes
para construir recuerdos.
Que no me venza el olvido,
cuento tiempos.
Pero ahora
que no espero nada,
le escribo
al momento perfecto,
un instante
que se une al otro,
que se adjetiva simple,
que pide permiso
como las baterias en Bill Evans,
como la noche
a esta tarde
que fue todo el día,
traída en una luz tenue
que nos demora
en el silencio
de palabras.
Sólo la voz
dentro nuestro
inunda este departamento.
Sólo el roce
de nuestras pieles
acariciándose,
cuántas veces
cuántas canciones.
Desde el suelo
hacia los sillones,
la cama,
con medio cuerpo fuera
y un viento rebelde
que nos tiene deseando
la lluvia,
el ruido del agua
al caer.
Cuántas caídas,
ya sabemos caer.
Todos los ángulos
me ofrecen
la misma visión.
desdedentrohaciaafuera
desdeafuerahaciadentro
de corazón a corazón
Roza una mueca,
la abrazamos con ternura.
Tan audaz
esta comunicación de complicidades.
Tan certeras
nuestras pluralidades,
nos nadan envolviéndonos.
Cuántas veces cuántas canciones.
el primer síntoma de la desaprensión,
comparecer ante sus ojos
sin claudicaciones
sin escuchar razones ni caprichos
Al fin de cuentas
también somos
aquello a lo que nos abandonamos
aunque sea por un rato,
un viento volátil
que mueve las hojas
y las ayuda
a caer viajando.
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